10 May Tipos de pinturas y consejos para elegir el color de tus paredes

¿Qué tipos de pintura existen?
Dependiendo de las necesidades de cada habitación o de los usos que vayamos a darle a cada estancia deberemos elegir una u otra.
Plástica: es uno de los tipos de pinturas más utilizadas para interiores. Tiene una gran gama de colores y se pueden escoger tanto en mate como en tono brillante o satinado. Su rápido secado y su fácil aplicación la convierten en un gran acierto.
Lavable: cada vez más empleada para las habitaciones de los niños y en general para las paredes de interior. Es más resistente a la suciedad porque puede limpiarse con un paño húmedo. También se notan menos las rozaduras y el desgaste producido por el paso del tiempo.
Sintética: lo positivo de este tipo de pintura es su mayor resistencia respecto al resto. Suele utilizarse en el baño y en la cocina. Lo negativo es que tarda más tiempo en secar para que quede correctamente impregnada.
Ecológica: está formulada con materiales naturales. Se producen menos grietas y desconchones porque permiten que las paredes transpiren más.
Monocapa: solo debes aplicarla si la pared está perfectamente lijada y preparada. Es la más cara de todas porque solo necesitarás una capa para cubrir perfectamente la superficie.
De base de aceite: es uno de los tipos de pinturas más empleadas para las paredes exteriores porque son las que mejor resisten las inclemencias meteorológicas.
4 Consejos para elegir el color de tus paredes
No es una decisión que dependa únicamente de nuestros gustos sino también del tipo de vivienda que tengamos. Lo ideal es que tengas en cuenta:
No te canses del color: Recuerda que solemos pintar nuestra casa cada 4 o 5 años. Con esto no queremos decir que pintes la casa de blanco o beige, sino que, por ejemplo, evites tonalidades muy fuertes en habitaciones en las que pasas mucho tiempo porque puedes acabar aborreciéndolas.
Combina: No pienses solo en las paredes. Ten en cuenta que al techo también podemos darle un toque de color. Además, buscar el contraste es una tendencia que funciona muy bien. Por ejemplo, pintar 3 paredes del salón de un tono beige y una de un azul verdoso más fuerte, queda fantástico porque rompe la monocromía. Ten en cuenta los colores de los muebles y del sofá.
La orientación de la vivienda: Aunque seas un apasionado de los tonos intensos si tu casa es orientación norte, y por tanto recibe menos luz, es preferible que te decantes por tonos más claros y satinados. Si por el contrario tienes luz la mayor parte del día estás de enhorabuena. En este caso, apostar por tonos más fuertes y mates será un acierto.
No te quedes con la duda: una vez que has escogido el color que mejor se adecúa a cada una de las habitaciones, probablemente dudes entre varias tonalidades. La mejor manera de acertar es hacer una pequeña prueba aplicando esos tonos en la pared y viendo cómo les afecta la luz por la mañana, por la tarde y por la noche.